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NOTA SOBRE LA CURVA de Carlos Rodríguez Morales

 

Por Javier del Cerro.

“Me vine a un planeta indómito imaginado en la cabeza de un loco al recreo perpetuo de la tierra donde la naturaleza se manifiesta y el Tunche espera escondido entre los gruesos tallos del café o el cacao.” El país imaginado en este viaje concreto del poeta Rodríguez, viaje exterior como interior, sorprende por su verdad, afirmación del oficio y sus detalles. Un texto disímil y estructurado cronológicamente, donde su mejor momento es su etapa final. En este lugar mítico, verdadero y sagrado de la selva peruana, el poeta logra fundir imagen con sueño, realidad con imaginación, vida con poesía. Carlos Rodríguez inicia un viaje y en su palabra radica la magia, lo que nos evoca, conmueve y lleva al centro de su mundo, donde él dice no pertenecer.

“Y querría concluir esta breve reflexión sobre la dificultad de la lectura preguntándome si eso que llamamos poesía no es, en realidad, algo que incesantemente vive, trabaja y sustenta la lengua escrita para restituirla a aquello ilegible de donde proviene, y hacia lo cual se mantiene en viaje”

Carlos Rodríguez Morales (Santiago de Chile 1976)

Educado en escuelas públicas y criado en los barrios periféricos de la capital, encuentra su vocación poética cuando pasa un año en Coyhaique, en el extremo sur de Chile, cumpliendo su servicio militar, también descubre aquí lo que sería una constante en su vida, el gusto eterno por los viajes y una soledad que jamás se le desprende. En el año 2000 participa en el primer encuentro internacional de poetas Chilepoesía con la camada de poetas jóvenes que acompañan a nombres como Nicanor Parra, Alberto Blanco, Ledo Ivo, Adrienne Rich, Raúl Zurita entre otros. Cursa dos años de filosofía y un año de sociología. El año 2002 autopublica “Los surcos del abismo” El año 2005 se va a vivir a Barcelona donde participa en diversos colectivos culturales y sus poemas se publican en revistas literarias de Barcelona, Madrid y París. El año 2006 publica “La aldea de los elegidos” El año 2011 se va a vivir a Lima. El año 2012 publica “ El pelo siempre crece de noche” Actualmente vive en la selva del Perú y se apronta a publicar “En la curva del momento” su último trabajo del cual se desprenden los siguientes poemas.

I

Un invierno

no alcanza

para congelar

la razón.

En la hora del instinto

la muerte perfora

cala

taladra

la muerte confunde.

Encontrar respuestas

en la curva del momento

es tarea de poetas.

El propósito de estos días

es pasar por loco

procurando evitar

que la luz se apague.

II


 : de las montañas repletas de vida
 de la nube catastrófica
 de los espíritus de nuestros ancestros
 de ríos desiertos de agua
 del lenguaje verde de los cedros
 del pétalo que cae en la berma
 en la piel de la hermosa criatura
 de la figura excelsa de los cuerpos
 de cangrejos y telarañas
 de la libertad innegable del viento
 de los efímeros silbidos
 y el sol de julio en medio de la selva
 del sudor de la bailarina
 y el delirio de los músicos
 del pan 
 que alimenta la mesa
 de la oscuridad de Goya
 de la borrachera de Bukowski
 de la locura caleidoscópica de Gaudí
 y los boleros marroqueros de Antonio
 de la voz de un indígena
 y la ausencia de Dios
 de la evolución humana
 de la involución humana
 de las niñas maltratadas
 y el anciano enfermo
 del gusano en tu cabeza
 y en la cabeza del resto
 de amigos que se mueren
 y recuerdos que se apagan.
 
 De eso 
 del amor de una prostituta
 está hecha
 la poesía.

 

 


XII


Empuñé el lápiz 
como una daga.
Recorrí los laberintos de la Metrópoli 
hasta encontrar 
al Dios 
que me había
abandonado.
Al que clavé
la daga
sin pensarlo
como
un
lápiz
en
medio
de
los
ojos.

 

 


XVI


 Cuando todo esto pase
 volveremos a encontrarnos
 en la locura simple de las aves
 con la palabra justa en la boca
 en los riscos de la complacencia
 olvidando las miserias que hemos conocido.


 Volveremos a encontrarnos
 y será fascinante renacer
 y volver a respirar
 la sonrisa fácil del humo
 y perder tardes enteras caminando
 contándonos como niños
 las soledades que no compartimos.


 Será perfecto reconocerte
 y encontrarte en las plazas de ayer
 junto a los otros
 porque cuando esto pase
 todos volveremos a vernos
 lo sé por mis sueños
 en los que corro alcanzándolos
 antes del anochecer
 en el fresco otoño de la Clara Estrella.


 Y no faltará nadie a la gran fiesta del reencuentro
 y nuestras manos no serán viejas
 y nuestros cuerpos no estarán cansados
 y tu dirección será la misma
 y ya no estarás muriendo solo
 tan lejos
 en el viejo mundo.


 Y sabremos exactamente qué hacer 
 cuando nos de sed
 volveremos a encontrar
 a la misma gente en el camino
 cuando todo esto acabe
 tendremos un paraíso
 en las calurosas veredas de Lo Espejo.


Y la Karen no tendrá hijos
 y el Claudio seguirá vivo
 y la Leslie será una lunática
 como tú y como yo
 y el Eduardo, la Tamara, el Yuri
 los amigos
 las cajas de vino
 las guitarras los cogollos.


 Será hermoso levantarse
 con la energía y la frescura de los quince
 y saber que tenemos el tiempo a nuestro favor
 como el más incalculable tesoro
 para perder.


 Cuando todo esto pase
 volveré a estar con ustedes
 en un segundo eterno de existencia
 y me quedaré sentado para siempre
 afuera de tu casa
 esperando que lleguen todos
 para reírnos en el mejor momento de la vida.


 Después de la luz
 al otro lado de la muerte
 cuando todo termine
 y volvamos a encontrarnos.



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