Selección de poemas de
Jaime Pinos
DE CRIMINAL
DISCURSO DEL ACECHO
Soy el que acecha.
El que anda por ahí,
merodeando,
agazapado entre las sombras,
oculto en lo más profundo de la noche.
Ansioso por iniciar las ceremonias de la cacería,
la profanación de todo lo que, para ellos, es sagrado.
La ley.
La propiedad.
El dinero.
La decencia.
El buen nombre de las buenas familias.
Para evadirse de mí,
ellos han acumulado
rejas, alarmas, dispositivos,
guardias a contrata y policía regular,
armas, celdas de castigo, picanas eléctricas.
Mucha propaganda incitando
............................................... el odio de clase y la paranoia.
Pero no les servirá de nada.
A mí,
el Gran Violador,
el que vino a perturbar el sueño, nunca más tranquilo,
...............................................de las niñas inocentes,
el monstruo,
no podrán detenerme.
Aunque el cerco se cierre
y llegue a su final este doble juego en el que soy
.......................................................................el cazador y la presa,
ellos no podrán eludirme.
Yo soy el que acecha.
Yo soy su miedo.
DISCURSO DEL DOLOR
A veces,
para que no sufrieran tanto,
les daba pastillas,
los sedaba.
Otras,
no me importaba.
Me venía la angustia,
cada vez más profunda,
como una arcada,
cada vez más fuerte.
Algo que iba creciendo dentro mío
y pujaba por salir
hasta hacerse incontenible.
Como si todo mi cuerpo
fuera una enorme pústula
a punto de reventar.
A veces el dolor
es el único desahogo.
No me importaba
su dolor.
Es más,
lo disfrutaba.
A veces el dolor
es el único alivio.
No hay más alternativa
que curar el mal con el veneno.
El dolor con el dolor.
Yo soy el que no tiene piedad.
Yo soy el implacable.
EL CUBÍCULO
En el diminuto espacio del cubículo,
una mesa,
un camastro,
una radio
(obsequio de su abogado defensor)
una máquina de escribir eléctrica
(obsequio del juez que lleva la causa)
una guitarra,
discos de música docta,
una pequeña biblioteca
(algo más de sesenta volúmenes de diversa temática)
un alto de dibujos,
papeles manuscritos
y hojas mecanografiadas
(con el texto de La Obra)
En el diminuto espacio del cubículo,
la luz encendida
día y noche
y el ojo metálico de la cámara
registrando cada gesto, cada movimiento.
En el diminuto espacio del cubículo
..........................2x2
el tiempo sin tiempo del condenado
esperando la muerte que no llegará
hasta que la pena sea cumplida.
Cuarenta años
como un enterrado vivo
al que el Estado suministra,
en estricto cumplimiento de la justicia,
comida y oxígeno
para que no deje de respirar.
FINAL
Después de un trabajo febril durante los últimos días,
finalmente,
La Obra ha quedado terminada.
Son las once de la noche
y tendido en el camastro,
El Criminal descansa
mientras lee una novela de Danielle Steel
y trata de no pensar en la Navidad que se aproxima.
Se corta la luz
(un accidente automovilístico ha provocado un apagón
........................................................................ en todo el sector)
Se activa el dispositivo de seguridad previsto para estos casos
(la iluminación del perímetro es asegurada por los
........................................................................ equipos electrógenos,
son reforzadas las rondas en las celdas de aislamiento
........................................................................ y en la línea de fuego)
Dentro del cubículo,
el ojo metálico de la cámara
se ha quedado ciego.
El Criminal no verá nada más.
No verá los titulares de los diarios ni los especiales de televisión
anunciando su suicidio.
No verá al abogado defensor culpando al sistema social.
No verá al abogado acusador previniendo contra su culto.
No verá al ministro excusando la negligencia carcelaria
........................................................................ para hacer cumplir la ley.
No verá al gendarme declarando el ahorro fiscal
........................................................................ que implicará su muerte.
No verá al sacerdote pidiendo por su alma perdida.
No verá el cortejo,
su madre a la cabeza,
la gente del barrio corriendo a los periodistas a pedradas.
No verá a la policía decomisando sus dibujos y papeles.
Destruyendo el texto de La Obra.
Se desvestirá con cuidado
hasta quedar en camiseta y calzoncillos
en medio de la oscuridad absoluta.
Cuatro veces,
a intervalos de quince minutos,
responderá a la pregunta de su custodio:
¿Está bien?
Bien, responderá.
Desconectará el cable de la máquina de escribir eléctrica.
Atará un extremo alrededor de su cuello
y el otro a los barrotes de la minúscula ventana.
Cuatro minutos,
según el cálculo de los forenses,
tardará El Criminal en morir.
Cuatro largos minutos
penderá de los barrotes
antes de dejar de respirar.
No responderá
al siguiente llamado de su custodio:
¿Está bien?
Silencio.
A continuación,
el ojo ciego de la cámara
registrará los primeros destellos,
la puerta que se abre,
los rayos de luz de las linternas
irrumpiendo en la oscuridad.
DE ALMANAQUE
ELECCIONES
Concurre a las Urnas
con la desidia
de quien asiste a un funeral por compromiso.
No cree en la Democracia Representativa.
No cree en la Separación de los Poderes.
No cree en el Espíritu Cívico.
No cree en la Ficción Republicana.
Tenue cordialidad en el ambiente
que se disipará mañana
apenas repuesta
la dialéctica del amo y el esclavo.
Apenas roto el estado de gracia
por la competencia salvaje
en el País Real.
Así es como funciona la Democracia:
tomas lo que puedes,
intentas conservarlo
y añadir algo
si es posible.
Observa
militares armados resguardando
la normalidad del proceso.
Observa
cámaras de televisión registrando
la jornada ejemplar
Las verdaderas elecciones son otras, se dice.
Estar o no estar en el Poder.
Obedecer o desobedecer.
Arriesgarse a vivir o morir de aburrimiento.
Levantarse de la cama,
cada día.
Hace la fila.
Se identifica.
Ingresa a la cámara secreta.
Descorre la cortina tras de sí.
Soberanía Popular:
una caseta de madera,
lápiz,
papel,
dos minutos
para no elegir nada.
ERRADICACIÓN
A la Gente Pobre se le comunica
que ha terminado la Ocupación Ilegal.
Que desclave sus mediaguas.
Que embale sus enseres.
La Operación de traslado a las nuevas viviendas
la mudanza más grande de la historia de Chile, ha dicho el Alcalde,
contará con el apoyo de funcionarios municipales y del Ministerio,
personal de Carabineros y de la Guarnición de Santiago.
El proceso no ha estado exento de conflictos.
No en mi patio trasero, han dicho los vecinos de los Condominios,
asustados por el alza de la delincuencia,
asustados por la baja de la plusvalía.
Numerosos detenidos
40 hombres/64 mujeres/18 niños/11 niñas
en graves incidentes protagonizados por otros allegados
disputando por la fuerza las nuevas viviendas.
Deportados a la Periferia,
muchos tendrán que abandonar Tierra Natal,
campo abierto antes de las cercas y los Condominios.
Despedirse de parientes y de amigos,
transplantados a una vida en corral ajeno,
erradicados, arrancados de raíz.
A la Gente Pobre se le comunica
que ha terminado la Ocupación Ilegal.
Que desclave sus mediaguas.
Que embale sus enseres.
Que acaricie
EL SUEÑO DE LA CASA PROPIA
ÉPOCA
Ningún llamado a asaltar el cielo,
nula esperanza de cambiar la vida.
No Future.
Nadie reunido bajo ninguna bandera.
Otra época,
Historia sin heroísmo.
Gritos de guerra
girando en el vacío,
consignas revolucionarias
parodiadas por el marketing.
PORQUE LA VIDA ES AHORA
reza la promoción de la tarjeta de crédito.
YO QUIERO OTRO MUNDO
reza la promoción de la bebida de fantasía.
ELEGÍA
I used to want to live
to avoid your elegy.
Yet really we had the same life
the generic one
our generation offered.
Robert Lowell
Como ves,
nada ha cambiado.
Violencia, Poder, Dinero.
El Dictador ha muerto
en su cama
cuando ya no importa,
nadie recuerda o quiere recordar
la hora de los chacales.
El confort es la única utopía,
la gente vive para trabajar,
compra cosas, paga créditos,
bebe, toma pastillas, consume cocaína,
ve televisión, mucha televisión.
Espectadores
esperando nada,
sobreviviendo al vacío de esta ciudad
donde se choca o se revienta
en los campos de fuerza
de la productividad y la competencia
o en la ruleta rusa de los hechos de sangre.
Mucha gente deprimida, solitaria,
los adolescentes se suicidan con mayor frecuencia,
los viejos suelen morir en el abandono absoluto,
proliferan los teléfonos y las farmacias.
Como sabes,
llegamos tarde.
Niños jugando entre los escombros
de una revolución fracasada,
a contramano de un país
que eligió a otros
como sus hijos pródigos.
Nuestros amigos, nuestros compañeros,
condenados al fracaso,
el margen o la asimilación.
Una generación
colgando en el vacío.
Como tú
esa noche de septiembre.
He pensado en Rodrigo Lira,
su largo alarido,
sirenas de incendio, perros aullando,
las ventanas del Edificio Diego Portales
estallando en varios miles de pedazos.
He pensado en Abbie Hoffman,
escribiendo su nota,
abandonándose al sopor del alcohol y el fenobarbital.
Es demasiado tarde. No podemos ganar.
Se han hecho demasiado poderosos.
He pensado en John Berryman
saltando desde un puente de Minneapolis.
He pensado en la decepción definitiva,
en la soledad final.
En tus últimos momentos
antes de emigrar a tierra de nadie.
Escritura de los suicidas,
letra al pie de la muerte,
texto sin glosa, metáfora límite.
Salto al silencio.
A pesar de todo,
a pesar del dolor y la culpa,
otros recuerdos prevalecen en mí.
(es verano, somos muy jóvenes, tenemos diecinueve o veinte años, viajamos por la carretera en el auto de mi padre, hemos encendido un porro, vamos camino a la costa, escuchamos radio, hablamos de sexo, de amor, de discos o de libros, bromeamos, nos reímos, nos ponemos sentimentales o rabiosos, hablamos de la mierda de país que nos tocó, de cómo salvarnos de todo ese lastre, la dictadura, el colegio de curas, la plaza provinciana, somos muy jóvenes, nuestra esperanza y nuestra imaginación están intactas, todo es posible, creemos que vamos a lograrlo, que nuestra vida será una gran aventura, que el país cambiará, que encontraremos la forma de ser libres y felices, vamos llegando a la costa, sacas medio cuerpo por la ventana del auto, el sol brilla sobre el mar, la brisa fresca nos llena los pulmones)
La imagen fija
es tu sonrisa de Gato de Cheshire.
Hice cuanto pude para seguir mi vida
y evitarme tu elegía.
A pesar de todo,
aquí estoy,
escribiendo.
Para hablar contigo,
sigo las instrucciones de Teillier.
Elijo palabras que puedas reconocer.
Aprendo a esperar.
INÉDITO
LA VOLUNTAD ES EL ARMA
Trabajar
Trabajar
Cerrar la boca y trabajar
La voluntad es el arma.
Sobre la poesía como vanidad
sobre la poesía como depredación
la voluntad de lucha
prevalecerá
Los verdaderos enemigos de la poesía chilena
los verdaderamente importantes
están fuera de la poesía chilena
Al embajador norteamericano, a las Buenas Familias
a los altos funcionarios, a los dueños
les importa un bledo la poesía chilena
no saben que existe la poesía chilena
La poesía chilena es un boliche de esquina
un bazar de barrio pobre
Intemperie
Una carpa de circo en medio del desierto
un desierto largo y angosto a orillas del Pacífico
un largo y angosto pasillo sin salida aparente
No hay Poder en la poesía chilena
Pequeñas ventajas, prebendas menores
algo de dinero, poco
muy poco
Tristísimo espectáculo
la carrera de perros
por llegar a ser
Poeta Único/Poeta Nacional
Cachacascán en la pista
frente a las gradas vacías.
La poesía como comprensión
La poesía como exigencia
La poesía como generosidad
La poesía como valentía
La poesía como honestidad
Con uno mismo y con los otros
En la vida propia y en la vida de los otros
Esa voluntad de lucha
día a día
palabra a palabra
tarde o temprano
prevalecerá
Escribir
Leer
Aprender a leer
aprender a leer bien
Trabajar
Trabajar
Cerrar la boca y trabajar
Hacer poesía
en medio del desierto
en la inmensidad de la arena
hacer un fuego
mantenerlo encendido
en medio del frío y la ventolera
Comprender lo que dice la ola
cuando martilla en la playa
una y otra vez