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Selección de poemas de

                                               Mario Morquencho

SOLDADURA AUTOGENA

 

La pieza desoldada que no puedes volver a soldar en ti

son las vísceras que flotan

como pescados en un mar de petróleo

son los pedazos filosos de metal

olvidados en un rincón del taller

 

La pieza desoldada en ti

es el viejo colchón que ahora están quemando en medio de la calle

el viejo colchón donde pudiste hacerle un par de hijos arde en medio de la calle

contaminando todo el barrio

el humo negro se funde con la noche

qué olor tiene ahora el amor

si la pieza desoldada que no puedes volver a soldar en ti

es el flojo peldaño de la escalera que da a la habitación

donde los gemidos de ella y otro

te dejan en medio de una inundación

 

Para qué utilizar el soplete e intentar soldar

la pieza desoldada en ti

si pronto venderás tu corazón como chatarra

 

Oxicorte a la carta que le diste

y que leyó muy ilusionada en una moto-taxi

oxicorte a todas la fotografías

3055 °C para desintegrarlo todo

oxicorte  a su cuerpo desnudo humedecido por la ducha

a su lunar que te alunaba día y noche

oxicorte a su penacho de aurora

cagada ahora por los pájaros

 

Ella se cansó de las ampollas de tus manos

ella se cansó de la ferrosa voz del colibrí que le cantaba

ella se cansó de la sinfonía del metal ardiente

ella se cansó de la vibración del yunque en el ocaso

ella se cansó de los calendarios de lubricantes

con mujeres semidesnudas brillando

entre el óxido y el polvo

que la gangrenaban

ella se cansó de la radio vieja

la que le volaron la antena un día

 mientras discutían

y que ahora tiene puesto como antena

el cable de algún circuito roto

la radio vieja que ahora enciendes a todo volumen

con las canciones de Segundo Rosero

mientras sueldas con la llama azul perfecta

oxígeno + acetileno

que lo soldaba todo

y que ahora ya no puede soldar

 

la pieza desolada en ti

 

 

  

 

 

CEMENTO FRESCO

 

Barrio, ven   

jala tu silla y siéntate

a ver como cruzan las calles los algodoneros

cargando sus dulces espumosos

como nubes rosadas lilas y turquesas

 

Después de darle tantas veces color a la tarde

el cielo ahora se agila y nos hace volar

por el parabrisas

hacia la realidad

donde un perro muerto con la lengua afuera

sobre la acera

detiene este verso

                este llanto

es como despertar en la degollación de un cerdo

ni el mar logra invadir estos abismos

y la punzada en el pecho

es un toro afilándose los cuernos

 

Yo vi tu cadáver sobre la soledad de las calles

vi la cama que tendió tu madre por última vez

y te abrazó tan fuerte como si te llevara sentado

en un asiento viejo de combi hacia la feria

la feria de la melancolía

es la luz que se descarrila como un vagón

cargando minerales en medio de las avenidas

allí yace tu cuerpo

rociado sobre los rieles oxidados del otoño

y nadie puede curarle la joroba

a la noche

 

La úlcera que sangran las estrellas

sobre el cemento fresco de tu tumba

es mi tristeza

y lanzo piedras al consuelo como a un pozo oscuro

5 balazos más que cruzan el parque

5 putos guijarros de la niebla se desatan cada día

como un leopardo que corre entre la yerba

los vientos catabáticos bajan de los cerros

como un ganado de lágrimas

hacia las calles del insomnio

                                                                                                    hermano

enciendo una vela en el otro carril del verso

ue te dibuja como un graffiti

en la pared del averno

donde todas las noches

el aullido de un perro negro

con la lengua afuera

repite tu nombre

sobre la acera

 

  

 

 

 

Sarita calavera

 

nido de papel periódico rasgado

nido de rata para esta generación de negros geranios

                          en carne viva

crujiendo como el espejismo gemido en el último polvo de una puta

así es la vida

manoseada perilla de radio viejo

¿qué canción ulula por el diurno calambre?

¿qué aliento de aguardiente nubla el orgasmo?

 

          A veces huelo a fábrica de harina de pescado

así intuyen que estoy vivo tendido en una flor de cemento

como cualquier insecto pordiosero rayo de luz en mis ojos

            ¿buscas un poco de agua

                         o acaso solo mis lágrimas?

 

subo las escaleras que miden

         el unicornio irremediable del abismo

un hueco inmenso para levantar

         un edificio de desgarramiento

         batería 

         una luquita

para viajar como un héctorLavoe fluyendo en las venas

un héctorLavoe en mi pulso de cocodrilo enmarrocado

           hinchado como un pezón adolescente

             lamiendo mi pecho gato negro de ojos amarillos

abandonado como un condón lleno de semen en el descampado

            en el descampado moño rojo del retrete

                quisiera apagar todos los disparos

apagar el hijo abandonado que abanica y me arrincona

apagar el padre delincuente pastrulo malograo

anda ve a tus hijos sin vergüenza

y enciéndete como la basura hermano

                       hermanito

fui a dar hasta la cárcel por vagar con la camisa abierta

                         en plena pupila del diablo

                   y en las 4 curvas de su cuerno

                     florecen floripondios acariciados

                 por el borracho-colibrí de la mañana

                       parados en el ano del mundo

                     con toda la mierda que pisamos

                          toda la mierda que olemos

                        toda la mierda que tragamos

                               con un solo centavo

      nuestro pan de cada día es un sol que ya no brilla

                           un sol que lustra las calles

                   y ruge por los ramales de la bruma

                                                                      

                              Sarita

            Sarita calavera violada en el umbral de los presidios 

                tengo el vicio de barrer las hojas secas

               a veces siento la sombra feroz del vértigo

                     y el destripamiento del sonido

 

 

  

 

 

 

Certificado policial manchado de café cargado

 

Yo cometí ese crimen y lo pagué en un penal peruano de provincia

                tuve que regresarme de los andes a la costa

                      por los caminos estrepitosos

                      recogiendo los abismos

             mientras el ómnibus bajaba

             un río negro se perdía entre la bruma

                      entre las montañas yo perdía el aliento

                  pero tenía la libertad de sentir mi culo frío

                                              golpeado

         chuceado por las botas oscuras de los guardias

                       calabozo sobre otro calabozo

                       mis ojos también abren la reja

           para que una lágrima baje como este ómnibus

      mientras observo la fotografía familiar quebradiza

                    como un ave sumisa que tirita 

                    porque han destruido su nido

 

Yo cometí ese crimen y lo pagué en un penal peruano de provincia

busco trabajo en las fábricas

                      y no lo encuentro

                      no suena el teléfono varón

             por eso salgo a las calles con mi culo

   chuceado por las botas oscuras de los guardias

         salgo a las calles y subo a los micros

con mi certificado policial manchado de café cargado

      con mi cara de barrio marginal

            con pasadizos de smog

                  y largas quintas

               tan largas como el río negro

                   perdido entre la bruma

 

        un gusano vive mejor oculto en un choclo

                     varón

         mi padre quería un hijo que lo supere

y yo no sé estampar una escalara para la realidad

        mi realidad es 1 m2 enrejado por la soledad

y mi soledad es a veces más grande que la libertad

       mi libertad es cachuelearme tapando

               los huecos de la Av. Gambetta

y hay tantos baches varón tantos baches en la vida

               que nunca se podrán tapiar

 

Ten cuidado de las ráfagas

                   de las explosiones

                   de los girasoles rojos del infierno

                   jalar ese gatillo y decir:

                  

                    Yo cometí ese crimen

                    yo destruí ese nido

y  lo pagué   años   meses   días   horas

en un penal peruano de provincia

toda mi vida    varón    toda mi vida

                                 la cosa fácil                                         

                                                                      

                                 ¿para qué?

Mario Morquencho León: Nació en Los Órganos (1982) y vivió toda su niñez y adolescencia cerca al mar, en su distrito natal.  Al terminar la educación secundaria, se trasladó a la ciudad de Trujillo donde estudió la carrera técnica de Contabilidad. Empezó a escribir y publicar poemas en distintas webs de poesía. Radica en Lima desde el 2006. Formó parte del colectivo Heredita (Lima) y del grupo literario Signos (Lambayeque). Ha participado en distintas ferias y recitales de poesía. Poemas suyos figuran en Me Usa, Brevísima Antología Arbitraria Perú – Uruguay (2012). Publicó el poemario Ciudadelirio (2010). Actualmente colabora con la revista virtual Panspermia.

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