Selección de poemas de
Kreit Vargas
[ZAHORÍ]
“Si la carne permite este incendio es porque esconde un anhelo de cenizas”
Ámalos a todos
Ama el espacio que ganaron sus manos mientras escribían el sueño delirante de los hombres
Ama la extensión de su hambre
Su peso y circunstancia
Su reino involuntario
Ama el sexo descubierto que marchita la luz de los días viciados
Inclínate
Toca el bronce que resplandece entre las flores amarillas
Ama el hermoso animal que aparecerá cuando cese la carne
Aquél que despertará en nuestros ojos un fastuoso temporal de incendios
No sabes cómo en nombre de las cosas más sagradas ha sucumbido la vida
Y el cielo como un terrible intruso ha llenado de espuma sus bocas
[De visiones este paisaje inmaculado] [Por la sombra de la espera germina]
Si desde mis ojos acechara su bronce
El diamante amado de la utopía
Probablemente la poesía sea su guarida perfecta
¿Quiénes caerían abatidos en los campos donde corren desnudos los amantes cuando nuestra voz sea desatada?
[REDENCIÓN]
Pensé entonces la belleza violenta del fuego liberándolo todo
En la gloriosa ascensión del alma por una columna de aire fulminante
Aire que aviva la histeria en los ojos a punto de saltar como animales excitados por el aroma de todo lo desaparecido
Volteé entonces sobre mi derrumbe
Ángeles cuyos rostros torturados vencían la calma
Besaban mi mandíbula descolgada por el peso de los nombres
Enloquecidos los salvados bebieron el orín aún caliente de los muertos
¿Qué justicia esconde la vida para los que han convertido su cuerpo en una posada para fantasmas?
Que este rastro de dientes en el campo sea el camino el rosario de deudas por saldar
Lágrima a lágrima
Como aceite caliente sobre el lecho donde sueñan los desterrados
Todos buscaron la redención del hombre en el hombre
En el pan trasnochado en sus pechos
Pero el olor de las cuerdas quemando la carne
Asfixia las palabras de mi hermano que se quiebra
De mi hermano que también es un ángel aterrador
Un demente estallido en nuestra mesa vacía
Un atentado contra la muerte misma
Bajo el cielo
Donde mendigos todos compartimos la misma caricia sin remitente
Para los tuyos los cirios la última luz
La gota sobre la memoria que olvida
[RETAMA]
¿A qué te sabe la pólvora?
A caballos enloquecidos por el día a día
Dulce es la ceniza de los muertos en el sueño de su mueca brillante
Imagina todas las sangres y las deudas por saldar
Sus pechos a tajo abierto sobre la hierba
reposando lo que aún no tiene nombre
sobre los andenes donde florecen las sonrisas
Observa el desierto que ha dejado la vida
[TONAYAN]
Tuve un color hermoso
Un lugar donde mi oro era irremplazable
Jade en la fiesta de la sangre
Donde mi ejército se convirtió en barro sobre la marcha
Ahora mi enemigo agoniza enloquecido por la belleza de la calma
Proclama su derrota en el movimiento
Nada puede contra la estela invisible de mil hombres volviendo a la batalla por siempre
Secreto motivo arrebatado al sueño de la piedra
A su primer canto
Aquí
Abandono la primera estancia donde la vida brota como agua incomparable 22
Agua para la sed insaciable de los vencidos en el campo donde crecen los palacios elementales
Donde el sol desciende convertido en una bestia fraterna
Para besar nuestras frentes
A lamer nuestro último latido
Kreit Vargas Gómez, invierno del 84, encendemos todas las luces y escogemos un pequeño lugar en la oscuridad, nació en Arequipa, desde entonces busca formas de destruir los átomos que lo conforman. Participó en festivales en Perú, Chile, Bolivia, México y Praga, últimamente trabaja 3 poemarios que probablemente no vean la luz.
Habita eventualmente el Asteroide B612, ha obtenido varios reconocimientos por su trabajo escritural, pero últimamente piensa en convertir sus libros en atentados, la tabla periódica de elementos químicos es un aliado imprescindible. Últimamente descubrió que su alma es transparente como el ron.