Selección de poemas de
David Santos Arrieta
Testimonio N°06, el bibliotecario del pueblo mientras cierra para siempre la biblioteca del pueblo.
Tu única suerte
es la de discernir
entre el significado de la
palabra y el espacio que jamás
llenará verso alguno.-
Testimonio N° 02 de los gatos sobre el tejado de Monte Patria
Yo me subí al carro
voy como volando por sobre mí
nací después
nunca estuve consciente
busco estas palabras en un acto que no entiendo
me revelo en la literatura
ella es la diosa
por ella discuto conmigo mismo a ver si le alcanzó
suelo justificarme
aplaudirme
desmoralizarme
me consuelo con frases del tipo
yo me subí al carro
voy como volando por sobre mí
…aún continuo surfeándome en el inconsciente
ya sin temor como sacrilegio
me niego a la literatura y ya soy parte de ella
el nombrarla me provoca estragos
y estoy en trance
sólo los grillos me son cercanos
hay grillos que cantan
y su sonido entra por la ventana
suena la cadena del baño
no estoy solo
me niego a la literatura y ya soy parte de ella
El término medio sería cortarme las manos
y creer que esto es un problema
terminar el verso aquí como creyendo que es por la intriga
que esto salva a alguien
el tiempo a ratos me acorta los pensamientos
puede el calabozo servir
también tu risa
esto acaba acá
el término medio sería cortarme las manos.-
Testimonio N°37 respuesta a la carta navideña de una niña de Huamalata
Te regalo un pasamontañas
para que cuando comience la guerra
no nos de vergüenza
salir a la batalla.-
Salto espectáculos
me circunda una corriente
y yo inmóvil
sin acentos ni aun en los versos
pienso en ti
y te miro
recoges monedas de una mesa que no te pertenece
¿qué nos pertenece?, dices
mientras la corriente se agiganta
inundándome
haciendo gárgaras con mis oídos
salto espectáculos
sin acentos ni aun en los versos
ya no pienso en ti
un coro de loros tricahue en el alumbrado público
abajo, los evangélicos esquivan sus desechos
el río suena lento, como evaporizándose,
las micros con temporeros pasan
nadie mira por la ventana
una mansión inexistente se incendia
el arrebol se burla
ya no pienso en ti
me ahogo en la corriente
para perdido encontrarme
ni nosotros nos pertenecemos, dices.-
Testimonios N°07 Lectura de Rayuela a las afueras del Tarrascon
Siete veinte a eme
camino escribiendo escribo caminando
por una calle humedecida por no recibir aún
los rayos de ese sol que lentamente
se aproxima a secar la orina de los ebrios (nosotros)
casi dejo la lectura de Rayuela
y quizás lo haga
me hizo recordarte
me celó
por la alameda pasan ya micros
colectivos
tengo frío en las orejas
y dolor en las rodillas
palomas a la vista
y un temblorcito en el cuerpo
como el que me despertó hoy
a la cinco de la mañana
te gustaría Ovalle
andarías por sus calles
creyéndote en un barrio pobre de Paris
de seguro buscarías una revolución
para amar
y yo torpe, miraría el sol de frente
hasta quedarme ciego
escribiría versos empolvados de hastío
sobre cuando todo lo que me rodee
sea lastima y amor
si acaso no son la misma cosa
Ovalle no quiere detenerse
son sus sombras alargadas al amanecer
el capitulo inconcluso de una novela de Chile
que jamás se ha escrito.
Nadie viene a morir acá
acaso seré el primero
y tú el último
como en esa vez que nos asesinamos
yo primero
tú después.-
David Santos Arrieta (Santiago 1979). Psicopedagogo y Poeta radicado en Monte Patria. Ha participado en diversas revistas, antologías y eventos poéticos. Ha publicado: Mirándome a los ojos (2005), Mirando el tiempo con ojos de cristal (2006), Ay, Sí (2007). Todos autoeditados bajo la idea de Lagartija Ediciones. El año 2014 publica con Cinosargo Ediciones, el libro Los llantos de la Añañuca.