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Muestra de poemas de

                                              Alexis Baros López

 

 

        

Textos del libro La Chica María (Cinosargo 2016)   

 

 

 

Tercera reacción fisiológica: Reproducción
1.


Es que al encender la tele sólo escucha el acento mexicano de las teleseries
de las tres de la tarde los miércoles llegaba a almorzar a la casa y el
refrigerador siempre vacío la flojera de abrir un paquete de tallarines la
limitaban a fusionarse con el sillón esperando dormir toda la tarde. En la
pantalla una pareja se besa masajean sus lenguas se muerden los labios se
acarician los dientes María piensa a cuántos hombres les ha masajeado las
amígdalas el conducto de la glándula parótida un calor le vasodilatada los
capilares de la cara su pecho su boca saliva serosa sus músculos faciales
sonrisa coqueta imagina que su minito la visita en su casa como en las
canciones de reggaetón la toma por el pelo le quita el jumper la manosea
completa casi con violencia casi con amor la chica María bajo su uniforme el
calzón entumida la vulva se contrae los labios mayores el clítoris y los dedos
los dedos los dedos las moléculas de oxitocina hiperventila, polipnéica
taquicárdica e hipertensa los pies por la acetilcolina se entierran en la
alfombra del living el piso encerado de su casa en circular los dedos el
vestíbulo vaginal cubierta en ardor viscoso con la otra mano fibrosos sus
pechos entonces su mano su mano se agranda se llena de pelos y no es su
mano la que toca es la mano del Bairon el torso desnudo marcado del
Bairon sus piernas su cara con cejas depiladas los músculos
isquiocavernosos laten como si el corazón le hubiera bajado al diafragma
pélvico espasmos musculares le recorren hasta el tálamo le evaporan el
sudor de la frente entera tirita entumecida como estrella cósmica átomo
cuántico tullida en placer por sus dedos el goce microscópico molecular los
nervios pélvicos vibrando haciendo un sonido que sólo María podía
escuchar zumbante en el tubo faringotimpánico el punto G es todas las
letras juntas juntas y revueltas formando palabras indescifrables del
genoma humano en 4 segundos el Bairon sus manos la levanta del sillón la
zamarrea golpea ella grita se ríe sus pulmones explotan de aire el corazón
gastado de tanto bombear sangre (única cosa para la que sirve) sus ojos en
reacción fotópsica siente que muere sus células mueren se revientan se
calcinan se fagocitan entre ellas reviviendo eternas inmortales y meióticas.
Un último escalofrío le entume los dedos el jumper estirado en el sillón no
se distingue el olor a reproducción casi completa en la tele la teleserie
mexicana aún no termina.

 

 

 

Primer corte: Plano sagital, medial a lateral.
a. La chica María ha salido en el baile


Sonrisa de oreja a oreja
tarareo de canción movida
conversaciones con las amigas por facebook
sin permiso de sus viejos
la chica María se arregló la tarde entera
maquillaje de fiesta
el rímel disimulaba sus pestañas cortas
parpados teñidos la sombra dorada
dos soles oscuros y sus ojos al anochecer
en sus labios brillo color de frutilla madura
la colonia en el cuerpo como collar etéreo
polera escotada la mini piernas con pantis
los tacos los botines el dolor de callo y calcáneo
espinas de queratina en el cojinete plantar
caminar con dolor exocitando prostaglandinas
derecho por la calle pasarela
las luces de las casas como flashes de fotos
iluminando sus dientes
el chicle mordido globo tras globo
engañaba las tripas vacías de enzimas digestivas
piropo pervertido del micrero
dilatación de capilares subcutáneos
enrojecida sentarse y creerse mina
en la ventana Santiago como fiesta gigante
se mueve acelerado de pupilas
verborrea polipnéica taquicárdica
las amigas la esperan
fila en la entrada de la disco
(carnet arreglado con números de guía telefónica)
pestañeo de ojo al guardia cortina de rímel
umbral distorsionado el tiempo y el espacio
creer que por la boca le sale la música
el perreo intenso se da por comenzado
la noche entera
hasta que choque el hueso
perreo
choque
médula del hueso.

 

 

 


Segundo corte: Plano sagital, de distal a proximal.
b. Baila que baila que baila…

 


Búsqueda randomizada
encontrar a cualquier hombre que le haga
menearlas crestas ilíacas
la cabeza en circular colgarse del cuello
buscar la cara la barba como lija
sabor a colonia
en las papilas gustativas
la música desenfrenada de ritmo
su diafragma retumbante
como corazón atrofiado hipertenso
tensa la risa en sus músculos faciales
manos ajenas la recorren en examen ginecológico
palpación profunda de glándulas mamarias
responder palpando la carne endurecida
saltarina de pantalón
destello fulgurante las luces de neón se reflejan
en las manchas de sus dientes opacados
sus labios brillantes de fruta madura
paredes estrelladas por gotitas de transpiración
la visión escotópica bailar entrecortado
quedarse sin saliva la boca seca
oferta y demanda dolor de billetera
los billetes se entregan como papel de regalo
canje semi perfecto el vuelto en monedas de 10
la chica María está con los vasos
cara enchelada envodkada piscoleada
deglución sonora de pescuezo
estómago revuelto reflujo nauseabundo
el vómito por la nariz
abraza al wáter como si fuera otro amigo
dignidad de maquillaje corrido
un pucho para reponerse
buscando el equilibrio
como generación espontánea
aparecen los minitos al ritmo del reggaetón
la insinuación a bailar con cejas depiladas
la chica María piensa en las cejas del Bairon
el cuerpo del Barion que baila apretado
en su cuerpo laxo remojado en copete
secreción intermitente de oxitocina
adrenalina y todas las hormonas
le vasodilatan la entrepierna
la desmiembran en música electrónica
se revientan sus oídos entumidos
taponeados por palabras calentonas
excitación libidinal
tocaciones hedonistas
celebran la noche con más copetes
(el hígado no reacciona).

 

 

 

 

En torno a La Chica María por Gustavo Barrera Calderón

 

La chica María sale al baile trivial de la muerte, al baile precario de la vida, alimentada por claves estereotipadas de una biología implacable. La pluma que la dibuja como un bosquejo, un esbozo bidimensional imposibilitado de profundidades, es el mismo bisturí que disecciona su cadáver. Un cuerpo más de estudio, de nombre desconocido. Lejos de la manoseada de Sergio Parra, la chica María no hace ningún descargo porque no tiene voz. Lejos de la chica de la moda de Lemebel, la chica María, inexpresiva y anónima, no despierta compasión alguna. Siempre escrutada, vista por un ojo que permanece oculto, hierático e impenetrable, bajo pretexto de objetividad científica que alcanza proporciones sádicas. La chica María exhibe un comportamiento complejo, pero limitado como el de muchos seres vivientes. Adormecida no piensa, no recuerda lo que estaba pensando. Desprovista de conciencia, recorre sin objetar el camino a su propio sacrificio ritual (¿castigo le darán?), guiada por una existencia biológica malgastada a cada paso, el mecanismo de relojería de su destrucción. Piensa en el aborto, pero no sabe que el aborto será ella misma. Hogar viene de la palabra hoguera, memoriza para su clase de historia, pero no habrá hogar, ni hoguera ni calor al­­­­­guno, sólo el frío de una autopsia que no dará ninguna pista sobre nada.

 

 

 

 

Alexis Baros López (Santiago 1992) Enfermero, mención Salud mental y Psiquiatría en la Universidad Católica de Chile. Ha sido alumno de Marco Antonio de la Parra en el taller de creación literaria mención narración. Ha participado de talleres de poesía impartidos por Elvira Hernández, Luis Correa-Díaz, Paula Ilabaca y Héctor Hernández. En el año 2013 publica su primer plaquete titulado "Palabras del Enfermero" en la escuela de enfermería de la PUC. El 2014 obtiene la mención honrosa en el concurso Roberto Bolaño del CNAC con su texto “La chica María (Autopsia de una semana cualquiera)”. En mayo de 2015 es invitado al festival de poesía “Tea Party 4” realizado en Arica y Tacna. 

 

 

 

 

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